miércoles, 30 de enero de 2013

El hilo dental en 10 tips

1. Cualquier hilo, no es hilo dental. El tratamiento y la textura hacen que no sólo aporten sabor agradable sino que también evitan contaminación, irritación y hasta alteraciones en las encias.

2. Ante todo veamos de cerca el espacio a limpiar:





3. La toma del hilo debe ser lo más sutil posible y el tramo libre lo más pequeño. Con los índices de ambas manos para el maxilar inferior. Con los pulgares para el superior.



4. El hilo debe superar sutilmente el punto de contacto interdentario y llevarse hacia uno de los lados de la papila sin presionar contra la encía.


5. Con movimiento de vaivén (apoyado en una de las caras del diente) el hilo volverá a salir hacia el punto de ingreso barriendo la placa bacteriana.

6. El hilo se enjuaga y se hace correr entre los dedos de modo tal que un nuevo tramo de hilo limpio vuelva a ingresar.

7. Cada pasada de hilo limpia sólo la mitad del espacio, dado que debe apoyarse en una sola de las caras del diente. El siguiente tramo entrará en el mismo espacio y limpiará la cara del otro diente del mismo espacio.


8. Los espacios con arreglos son de especial cuidado. Pueden limpiarse pero en lugar de retirar el hilo hacia el punto de contacto deberá sacarse hacia afuera (estas superficies con arreglo es preferente dejarlas para el final).

9. El uso diario ayuda al cepillado a mantener la adecuada higiene y a prevenir la aparición de caries, sarro y enfermedad periodontal.

10. La mejor forma de adquirir y automatizar el hábito del uso del hilo dental es practicarlo. Con los días se perfecciona la técnica y se reduce el tiempo.